El chupete es un objeto que tiene como función, principalmente, calmar y tranquilizar a los bebés. A través de la succión del chupete, el bebé consigue relajación, controlar sus temores o ansiedad.
El chupete está directamente relacionado con la succión, por tanto lo
primero que vamos a tratar es el REFLEJO DE SUCCIÓN:
Es un reflejo natural del ser humano. El bebé succiona cuando se le introduce
algo en la boca. Se puede apreciar ya en las ecografías antes del nacimiento,
se intensifica hacia el tercer mes y suele desaparecer hacia el sexto mes
cuando el acto de succión es voluntario.
El deseo de succionar está relacionado con la capacidad de
supervivencia, ya que le permite alimentarse y crecer. También tiene otras
funciones relacionales, porque en realidad, se trata, no sólo de una estrategia
de la naturaleza para dotarnos de capacidades de adquisición de alimentos, sino
también de un medio de contacto con el entorno y una forma de aprender cosas
sobre el mundo que nos rodea, cuando somos pequeños. Esta fase oral se da en los
dos primero años de vida.
Los bebés experimentan una sensación de seguridad derivada de la
succión. Esta les relaja y tranquiliza. Debemos tener en mente que cuando un
bebe, o un niño pequeño está realizando chupeteo continuo o succionando, está
obteniendo una sensación placentera, reconfortante, y le proporciona seguridad.
Por este motivo, no se le debe forzar a interrumpir ese chupeteo. De hecho,
este efecto relajante del chupeteo es tal que permanece mucho más allá de los
primeros meses de vida, cuando el reflejo de succión ya no es necesario en su
función nutricional.
A medida que aumenta su desarrollo emocional encuentra otras formas de
controlar la ansiedad, los temores, o de relajarse, abandonando de forma
progresiva la necesidad de succionar el chupete
rir su mundo
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Por este motivo, no se le debe forzar a interrumpir ese chupeteo. De hecho,
este efecto relajante del chupeteo es tal que permanece mucho más allá de los
primeros meses de vida, cuando el reflejo de succión ya no es necesario en su
función nutricional
Llevarse las cosas a la boca es la manera que tienen los bebés de
aprender y descubrir su mundo
BENEFICIOS DEL CHUPETE
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INCONVENIENTES DEL USO DEL
CHUPETE
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- Satisface la necesidad de succionar.
- Tranquiliza ante el hambre, dolor….
- Relaja ante situaciones de ansiedad y
nervios.
- Ayuda a dormir (sobre todo a partir del
año)
- Son varios los estudios que,
recientemente, encuentran una asociación entre el uso del chupete y la
reducción del riesgo de SMSL (Síndrome de Muerte Súbita del Lactante). En el momento actual, todavía no se puede
afirmar con certeza total que el chupete sirva para prevenir el SMSL (ni
mucho menos para recomendar que se use por este motivo), pero es importante
saber que es a eso a lo que parecen apuntar las investigaciones sobre el
tema.
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El uso prolongado o excesivo del chupete puede provocar diferentes
reacciones negativas.
- Genera
dependencia.
- Infecciones
en el oído.
- Deformidades
en la boca e impedimento del correcto alineamiento de las piezas dentarias.
- Formación
de llagas.
- Deformación
del paladar y como consecuencia problemas en la vocalización y expresión
oral.
- Evita que
los bebés experimenten y desarrollen su expresividad facial cuando son
jóvenes.
- Limita la
capacidad para imitar gestos y afecta a su comunicación y su madurez
emocional.
- Provoca
gases.
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CONSEJOS EN EL USO DEL
CHUPETE
El consejo principal es el uso
moderado y prudente de este objeto y algunas pautas para ello son:
- No introducirlo hasta que la lactancia materna se haya establecido
completamente.
- No usar el chupete para apaciguar las ganas de comer del niño que llora
porque le toca la toma, o para retrasar la toma hasta una hora determinada etc.
- No usar el chupete como único recurso de calma o consuelo.
- Limitar su uso a los niños/as que presentan problemas de otitis crónica o
recurrente.
- No colgar el chupete del cuello con cordones o cadenas, puede producir
asfixia.
- Mirar si el niño/a muerde o mastica el chupete y no permitir su uso en caso
afirmativo para evitar atragantamientos, aspiración de trocitos desprendidos.
- Tener y llevar encima más de
un chupete cuando el niño este acostumbrado a él, en caso de pérdida o rotura
de uno se podrá usar el otro.
¿CÓMO RETIRAR EL CHUPETE?
Teniendo
en cuenta que a medida que aumenta el desarrollo emocional del niño/a encuentra
otras formas de consuelo, de controlar la ansiedad, los temores..., y que va abandonando
de forma progresiva la necesidad de succionar el chupete, podemos plantear una
serie de consejos para llevar a cabo su retirada.
- Empezar
a quitárselo varios minutos al día cuando más tranquilo esté e ir aumentando el
tiempo. Evitar dejarlo a la vista.
- A
partir del año y medio se debe limitar su uso a determinados momentos (siesta,
sueño, situación de mucha tensión emocional…).
- No
quitárselo ante nuevas experiencias que generen ansiedad (entrada en la escuela
infantil, nacimiento de hermanos…)
- Utilizar
refuerzos positivos, nunca castigar. Felicitarle por su esfuerzo y su logro y
dándole dosis extra de cariño.
- Utilizar
momentos clave, el cumpleaños, la noche de reyes, el ratoncito Pérez, visita al
pediatra, nacimiento de un bebé cercano a él…, para cambiarlo por un regalo o abandonarlo
por ir haciéndose mayor.
- Utilizar
cuentos con esta temática o hacer una historia propia.
- Si tras
conseguir que abandone el chupete, vuelve a acordarse de él en los días
siguientes y lo pide de nuevo (cosa que probablemente ocurra), hay que ser
firme y recodarle que ya no hay chupete, que es mayor y ya no usa esas cosas.
- Cuando se pretenda conseguir que un niño mayorcito
deje de usar el chupete, hay que intentar averiguar porque puede estar
necesitando usarlo. No tendremos éxito si intentamos quitar el chupete
sin ayudarle con estos problemas para los cuales el niño se está refugiando en
el hábito, tranquilizador para él, del uso del chupete. Intente averiguar a qué
preocupaciones está enfrentándose. Algunos niños recurren al hábito de chupeteo
para, simplemente, reclamar atención.