Escuela Infantil de Casarrubuelos, integrada en la Red Pública de la Comunidad de Madrid

miércoles, 10 de febrero de 2016

EL CHUPETE

EL CHUPETE
El chupete es un objeto que tiene como función, principalmente, calmar y tranquilizar a los bebés. A través de la succión del chupete, el bebé consigue relajación, controlar sus temores o ansiedad.

El chupete está directamente relacionado con la succión, por tanto lo primero que vamos a tratar es el REFLEJO DE SUCCIÓN: Es un reflejo natural del ser humano. El bebé succiona cuando se le introduce algo en la boca. Se puede apreciar ya en las ecografías antes del nacimiento, se intensifica hacia el tercer mes y suele desaparecer hacia el sexto mes cuando el acto de succión es voluntario.

El deseo de succionar está relacionado con la capacidad de supervivencia, ya que le permite alimentarse y crecer. También tiene otras funciones relacionales, porque en realidad, se trata, no sólo de una estrategia de la naturaleza para dotarnos de capacidades de adquisición de alimentos, sino también de un medio de contacto con el entorno y una forma de aprender cosas sobre el mundo que nos rodea, cuando somos pequeños. Esta fase oral se da en los dos primero años de vida. 

Los bebés experimentan una sensación de seguridad derivada de la succión. Esta les relaja y tranquiliza. Debemos tener en mente que cuando un bebe, o un niño pequeño está realizando chupeteo continuo o succionando, está obteniendo una sensación placentera, reconfortante, y le proporciona seguridad. Por este motivo, no se le debe forzar a interrumpir ese chupeteo. De hecho, este efecto relajante del chupeteo es tal que permanece mucho más allá de los primeros meses de vida, cuando el reflejo de succión ya no es necesario en su función nutricional. 

A medida que aumenta su desarrollo emocional encuentra otras formas de controlar la ansiedad, los temores, o de relajarse, abandonando de forma progresiva la necesidad de succionar el chupete rir su mundo ad. Por este motivo, no se le debe forzar a interrumpir ese chupeteo. De hecho, este efecto relajante del chupeteo es tal que permanece mucho más allá de los primeros meses de vida, cuando el reflejo de succión ya no es necesario en su función nutricional


Llevarse las cosas a la boca es la manera que tienen los bebés de aprender y descubrir su mundo 

BENEFICIOS DEL CHUPETE
INCONVENIENTES DEL USO DEL CHUPETE
  • Satisface la necesidad de succionar.
  • Tranquiliza ante el hambre, dolor….
  • Relaja ante situaciones de ansiedad y nervios.
  • Ayuda a dormir (sobre todo a partir del año)
  • Son varios los estudios que, recientemente, encuentran una asociación entre el uso del chupete y la reducción del riesgo de SMSL (Síndrome de Muerte Súbita del Lactante). En el momento actual, todavía no se puede afirmar con certeza total que el chupete sirva para prevenir el SMSL (ni mucho menos para recomendar que se use por este motivo), pero es importante saber que es a eso a lo que parecen apuntar las investigaciones sobre el tema.

El uso prolongado o excesivo del chupete puede provocar diferentes reacciones negativas. 
  • Genera dependencia.
  • Infecciones en el oído.
  • Deformidades en la boca e impedimento del correcto alineamiento de las piezas dentarias.
  • Formación de llagas.
  • Deformación del paladar y como consecuencia problemas en la vocalización y expresión oral.
  • Evita que los bebés experimenten y desarrollen su expresividad facial cuando son jóvenes.
  • Limita la capacidad para imitar gestos y afecta a su comunicación y su madurez emocional.
  • Provoca gases.



CONSEJOS EN EL USO DEL CHUPETE

El consejo principal es el uso moderado y prudente de este objeto y algunas pautas para ello son: 


  • No introducirlo hasta que la lactancia materna se haya establecido completamente.
  • No usar el chupete para apaciguar las ganas de comer del niño que llora porque le toca la toma, o para retrasar la toma hasta una hora determinada etc.
  • No usar el chupete como único recurso de calma o consuelo.
  • Limitar su uso a los niños/as que presentan problemas de otitis crónica o recurrente.
  • No colgar el chupete del cuello con cordones o cadenas, puede producir asfixia.
  • Mirar si el niño/a muerde o mastica el chupete y no permitir su uso en caso afirmativo para evitar atragantamientos, aspiración de trocitos desprendidos.
  • Tener y llevar encima más de un chupete cuando el niño este acostumbrado a él, en caso de pérdida o rotura de uno se podrá usar el otro.
¿CÓMO RETIRAR EL CHUPETE?                                                                        

Teniendo en cuenta que a medida que aumenta el desarrollo emocional del niño/a encuentra otras formas de consuelo, de controlar la ansiedad, los temores..., y que va abandonando de forma progresiva la necesidad de succionar el chupete, podemos plantear una serie de consejos para llevar a cabo su retirada. 

  1. Empezar a quitárselo varios minutos al día cuando más tranquilo esté e ir aumentando el tiempo. Evitar dejarlo a la vista.
  2. A partir del año y medio se debe limitar su uso a determinados momentos (siesta, sueño, situación de mucha tensión emocional…).
  3. No quitárselo ante nuevas experiencias que generen ansiedad (entrada en la escuela infantil, nacimiento de hermanos…)
  4. Utilizar refuerzos positivos, nunca castigar. Felicitarle por su esfuerzo y su logro y dándole dosis extra de cariño.
  5. Utilizar momentos clave, el cumpleaños, la noche de reyes, el ratoncito Pérez, visita al pediatra, nacimiento de un bebé cercano a él…, para cambiarlo por un regalo o abandonarlo por ir haciéndose mayor.
  6. Utilizar cuentos con esta temática o hacer una historia propia.
  7. Si tras conseguir que abandone el chupete, vuelve a acordarse de él en los días siguientes y lo pide de nuevo (cosa que probablemente ocurra), hay que ser firme y recodarle que ya no hay chupete, que es mayor y ya no usa esas cosas.  
  8. Cuando se pretenda conseguir que un niño mayorcito deje de usar el chupete, hay que intentar averiguar porque puede estar necesitando usarlo. No tendremos éxito si intentamos quitar el chupete sin ayudarle con estos problemas para los cuales el niño se está refugiando en el hábito, tranquilizador para él, del uso del chupete. Intente averiguar a qué preocupaciones está enfrentándose. Algunos niños recurren al hábito de chupeteo para, simplemente, reclamar atención.