Los juguetes siempre han desempeñado un papel importante en la vida de los niños. Con frecuencia reflejan la cultura del momento e indican los cambios culturales y las tendencias sociales, tal y como se puede ver en los museos y las bibliotecas de juguetes alrededor del mundo. A pesar de que los juguetes de hoy día parecen ser diferentes a los de antaño, el propósito de los juguetes siempre ha sido el mismo: llevar alegría y placer, y crear oportunidades para incrementar el aprendizaje y el desarrollo. Los juguetes añaden magia y emoción al aprendizaje sobre la vida, el funcionamiento de las cosas y cómo llevarse bien con los demás. Saber escoger los juguetes que fomenten el juego sano amplía el desarrollo cognoscitivo, físico y social del niño. Los juguetes que fomentan la creatividad y la imaginación en los niños por lo general son los que se utilizan una y otra vez.
PERO, ¿QUÉ ES EL JUGUETE?
Existen
numerosas definiciones al respecto, pero todas ellas llevan a la misma
conclusión:
El juguete es cualquier objeto, que en
manos del niño, incita al juego.
Aunque a veces los juguetes son necesarios, no es imprescindible que sean
fabricados intencionadamente como tales, sino que pueden aparecer como
creaciones espontáneas en las manos y en la mente de los niños. La imaginación
del niño permite convertir en juguete cualquier objeto a su alcance
No se cree que exista un juguete que sea el mejor para el niño, depende de
las necesidades que satisfagan y del valor que el pequeño adjudique a este
juguete.
EXCESO DE JUGUETES
Podemos definir como un inadecuado consumo o consumismo de juguetes a la adquisición compulsiva e inadecuada en
cantidad y/o calidad de estos.
Numerosos estudios demuestran que cuanto más alto es el número de juguetes
menor es la interacción social de la que suele disfrutar el niño y además
provoca la indiferencia del niño y no aprende a valorar de forma ajustada estos
objetos.
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Aunque a veces los juguetes son necesarios, no es imprescindible que sean
fabricados intencionadamente como tales, sino que pueden aparecer como
creaciones espontáneas en las manos y en la mente de los niños. La imaginación
del niño permite convertir en juguete cualquier objeto a su alcance
No se cree que exista un juguete que sea el mejor para el niño, depende de
las necesidades que satisfagan y del valor que el pequeño adjudique a este
juguete.
Algunas de las consecuencias del
exceso de juguetes en el niño son:
- Bajo nivel de desarrollo
- Falta de imaginación y creatividad
- Ausencia de diversión y de juego real
- Actitud de derroche y destructividad
- Menor interacción social
- Indiferencia y poca valoración de los juguetes
- Construcción de un mundo exigente, poco solidario, donde se adquieren objetos no necesarios
- Aislamiento
- Mal hábito de consumo
Algunos consejos:
- Bajo ningún concepto, un recurso material puede sustituir un recurso afectivo
- También son juguetes de calidad: canicas, cometa, cuerda, pelota...
- El mejor juguete no es el más caro
- Reflexionar antes de comprar
- Comprar juguetes para compartir, no para competir
- Juguetes variados para no limitar su desarrollo personal y social
- Comprar lo que le gusta o puede gustar al niño, no a las familias
En definitiva, no es necesario ni conveniente hacer
grandes dispendios a la hora de ofrecer un juguete a los pequeños, ni tampoco proporcionar excesivo número
de ellos.